La Organización Mundial de Turismo, organismo del sistema de la ONU, proyecta que la caída de arribos internacionales disminuirá, en 2020 en comparación con 2019, un 30 %, y no entrega datos sobre el turismo interno de los países. Estas proyecciones se basan en los modelos matemáticos efectuados con los datos disponibles hasta el día 26 de marzo y la OMT cauciona que cada día aparecen nuevas restricciones o nuevos países que implementan medidas de mitigación de dispersión del virus n-CoV-19 (SARS-CoV-2 o COVID-19).
Para ponerlo en perspectiva, la OMT compara que en el año 2009, es decir después del comienzo de la crisis global financiera, la caída de lo arribos internacionales en todo el mundo alcanzó un 4 %, mientras que la epidemia de SARS resultó en la baja de sólo el 0.4 % de dicho indicador.
La investigación doctoral que realizo desde 2016, se trata de la Resiliencia del Sector Turismo, Destinos y Emprendimientos Turísticos en las economías emergentes. Hasta la fecha, esta investigación arrojó evidencias de los últimos 20 años sobre una variedad de estrategias que emplean los emprendedores para construir la resiliencia. Los emprendedores de las economías emergentes, se caracterizan por la escasez de recursos y la debilidad de los ecosistemas de emprendimiento locales. Sin embargo, estos emprendedores “abrazan” el riesgo, especialmente la probabilidad de ocurrencia y potencial impacto en eventos de desastres naturales, y son menos “quisquillosos” a la hora de decidir reemprender.
La resiliencia de emprendimiento, se refiere a la capacidad de la unidad de negocios (emprendimiento naciente o MiPYME formalizada) a enfrentar, a corto y mediano plazo, los estresores exógenos, llamados eventos u ocurrencias de desastres naturales o causados por la actividad humana, y mantiene la estructura y funciones esenciales de dicha unidad de negocios, ya que resiliencia de emprendimiento consiste en “seguir funcionando”, ésta se mide en presencia / ausencia y niveles de desarrollo de las capacidades anticipatorias, adaptivas y de absorción (las tres A de resiliencia) al enfrentar el desastre o la crisis. En este mismo sentido, se miden los aspectos o puntos débiles, conocidos como vulnerabilidades.
La resiliencia de un sector de la economía, y en particular del Sector Turismo, se refiere a la incorporación del pensamiento socio-eco-sistémico (SES) y los valores de sustentabilidad en el desarrollo de los escenarios y alternativas del actuar colectivo antes, durante y posterior al desastre o crisis. Los stakeholders del sector son variados y la incertidumbre es omnipresente, lo que se traduce en múltiples escenarios, alternativas y temas a tratar.
En el actual escenario de la crisis causada por la pandemia n-CoV-19, se podría haber anticipado el surgimiento de ella, pero su impacto, probablemente, no. Por ello, es que para poder absorber las disrupciones una tras otra (terremotos, erupciones volcánicas, incendios forestales, crisis económicas de países vecinos, estallido social, etc.), el gobierno emplea las medidas de mitigación de los impactos negativos, mientras que el resto de los actores del SES deberían activar sus planes B, C y D.
Fuentes e inspiración: https://www.unwto.org/news/international-tourism-arrivals-could-fall-in-2020 & https://www.bbc.com/news/live/world-52101615
Žebrytė, I., Ramirez-Valdivia, M., Bustos-Gomez, J. (in press) Knowledge for natural disaster-resilient businesses in emerging economies: a focus on decision-making by tourism entrepreneurs. Int. J. of Entrepreneurship and Small Business (IJESB). Inderscience, Great Britain. (Scopus, CABS)