Académico de la FCJE-UFRO analizó el Desempleo y el Rol de la OMIL

La Pandemia que está azotando a nuestro mundo no nos dejará en paz por un buen tiempo. El Virus COVID-19 no cambió de personalidad y siempre se quedó malo. El impacto de este virus se ha vivido fuertemente en materia sanitaria, pero queda una segunda pandemia a la cual debemos poner nuestro esfuerzo y ser la primera línea para trabajar sin descanso y no dejar que avance. Esta pandemia es el Desempleo. Ahora, es el turno de quienes elegimos las disciplinas de la Economía, Administración y Finanzas.

De acuerdo a información entregada en los medios de comunicación, más de 2 millones de chilenos han pedido sus empleos. Esto se ve reflejado en la información que nos entregó el INE al indicarnos que la tasa de desocupación del último trimestre móvil es de un 11%.

Otra información preocupante es la de AFC (Administradora de Fondo de Cesantía) que indica que más de 590 mil trabajadores se encuentran con sus contratos suspendidos acogidos a la Ley de protección al empleo. En su IpoM (Informe de Política Monetaria) de este periodo, el Banco Central nos informa que, de acuerdo a encuesta realizada por éstos a empresas de Chile, más de un 47% indica que una vez finalizada la suspensión de contratos, finiquitará a sus empleados. Todo lo anterior nos hace presagiar que la tasa de desocupación en Chile superará la barrera del 20%.

El Banco Central también nos indicó en su IpoM que la proyección de actividad económica, expresada en el PIB (Producto Interno Bruto) sufrirá una fuerte caída en el 2020 ( -5,5% y -7,5%), el 2021 (4,75% y 6,25%) y el 2022 (3,0% y 4,0%). Agreguemos a lo anterior que el mercado laboral ha experimentado en los últimos dos meses un fuerte aumento en la variación porcentual de los inactivos. Éstos son personas que quedan desempleadas, pero por razones de la pandemia, no salen a buscar trabajo. Sí se sumarán una vez que se bajen las barreras sanitarias y podamos volver a la “nueva normalidad”, aumentando los que salen a buscar trabajo.

Corresponderá a los Municipios estar preparados para poner a funcionar a pleno empleo, su OMIL (Oficina Municipal de Intermediación Laboral). Estas oficinas cuentan con el apoyo y dependencia técnica del SENCE (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo). Acá los incentivos a la contratación y reconversión laboral deberán ser los mecanismos que permitan Gestionar Eficientemente el registro de desempleados de la comuna. A la vez, los programas de inversión en infraestructura que se financien con fondos ministeriales y del Gobierno Regional deberán indicar en sus bases de licitación la exigencia de contratar mano de obra de la comuna, inscritos en los registros de la OMIL.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 23 nos indica que “toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo”. Pongamos nuestras herramientas en acción. Levantemos juntos este Nuevo Chile. ¿Estás disponible?

Escrito por Marco Vásquez U.
Director Carrera Contador Público y Auditor FCJE-UFRO

 

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